La verdad me negaba a escribir un blog, se me hacîa un poco sin sentido. De hecho aûn no encuentro el verdadero sentido de hacerlo, sobretodo, porque esto de escribir para nadie es mas complicado que escribir para muchos.
Espero tener suerte y que llegue a gustarme esto, porque de todas formas, llegando a Mêxico tengo que escribir un sin nûmero de artîculos en mi blog.
Lo que sî sê es que me gusta leer los blogs de los demâs.
jueves, 28 de octubre de 2010
domingo, 10 de octubre de 2010
Otros aspectos sobre la justicia.
“Iustitia est constans et perpetua voluntas ius suum cuique tribuendi” Ulpiano.
Existen diversas definiciones de la palabra justicia:
Para Ulpiano la justicia es la constante y perpetua voluntad de dar a cada quien lo suyo. Mientras que para Aristóteles la justicia constaste en dar una tratamiento igual a los iguales y desigual a los desiguales.
Ello debido a que los hombres en tanto seres humanos son iguales, por tanto debemos revestir los mismos derechos en tanto seres humanos. Pero también hay que considerar que existen múltiples elementos que distinguen a unos hombres de otros, y desde este punto de vista, corresponde a los hombres tratamientos desiguales
El saber si en determinada relación se ha de dar a las personas relacionadas trato de iguales o desiguales depende de un juicio de valor en el que se aprecia si las desigualdades existen entre ellos son jurídicamente relevantes.
De todos los hombres puede afirmarse que son iguales (al menos en esencia) y que son también desiguales. Por ejemplo.- para decidir sobre la justicia en el cobro de los impuestos, puede afirmarse que la diferencia de capacidad económica de los contribuyentes tiene relevancia jurídica, por lo cual deben pagar más impuestos los que tienen mayor capacidad.
La justicia como criterio racional de lo justo y lo injusto suele dividirse en tres grandes clases: justicia legal, justicia distributiva y justicia conmutativa.
Por su parte Kelsen llega a la conclusión de que no se puede afirmar que es la justicia absoluta, únicamente una justicia relativa y lo que es la justicia para cada uno. Para él la justicia se da en aquel orden social bajo cuya protección puede progresar la búsqueda de la verdad. Él señala: “Mi justicia, en definitiva, es la de la libertad, la de la paz, la justicia de la democracia, la de la tolerancia.”. En lo cual coincido totalmente.
La justicia legal o general se refiere a las relaciones de la sociedad con los individuos desde el punto de vista de lo que éstos deben a la sociedad (impuestos, servicios obligatorios, etc), como los deberes de los gobernantes con la sociedad (lealtad, promoción del bien común, etc).
La justicia distributiva regula la participación a que tiene derecho cada uno de los ciudadanos respecto de las cargas y bienes distribuibles del bien común. Al igual que la justicia legal, la relación entre sociedad e individuo puede exigir a la sociedad. Por ejemplo el derecho a una repartición justa de las cargas fiscales, o el derecho a los satisfactores mínimos, vivienda, alimentación, educación, vestido, etc.
Estas dos especies de justicia atienden a conseguir una igualdad proporcional o geométrica, o sea, a seguir el criterio de tratar desigual a los desiguales.
Estos tipos de justicia expresan relaciones de subordinación (justicia legal) o de integración (justicia distributiva).
Por su parte, la justicia conmutativa es la que rige las operaciones de cambio entre personas que se hallan en un plano de igualdad. Por ejemplo, las relaciones contractuales. Atienden al criterio de trato igual a los iguales.
Para concluir me quedo con la frase de Kelsen antes mencionada: “Mi justicia, en definitiva, es la de la libertad, la de la paz, la justicia de la democracia, la de la tolerancia.”.
domingo, 26 de septiembre de 2010
Un poco sobre la justicia social
Como el concepto de justicia individual o particular resulta insuficiente, por ello ha surgido la necesidad de enfrentar a esa justicia otra justicia que trasciende lo individual o un principio de igualdad y la reconoce y entrega a una comunidad, es entonces cuando hablamos de una justicia social.
La justicia se apoya en el bien común y sitúa al individuo con sus deberes frente a una sociedad.
Desde luego, la justicia común no es la justicia social, no porque sean dos tipos de justicia, sino exclusivamente, porque no debe haber otra justicia, que la justicia social. Volver al criterio aristotélico de que la justicia distributiva es una justicia propia de la sociedad política.
El legislador puede o no acertar en una ley el concepto de la justicia social cuando antepone el derecho de una comunidad a un derecho individual. La justicia social parte de la verdadera naturaleza del grupo humano. La sabiduría legislativa consiste en armonizar estos factores sociales e individuales, que hoy luchan por una sociedad diferente.
Platón afirmó en el libro cuarto de la República que la justicia es una virtud que mantiene a cada uno en los límites del deber, en tanto que para Aristóteles en su Ética a Nicómaco, V, Cap. I, la justicia es un hábito por el cual ,los hombres son aptos para obrar justamente, además, como una virtud que sostiene a los demás.
Repetimos proverbialmente los abogados el concepto de Ulpiano que considera a la justicia como la voluntad constante y perpetua de dar a cada cual su derecho, Inst. I, 1°, en tanto que en las Siete Partidas la justicia es “folgada virtud que dará siempre en las voluntades de los hombres justos e comparte a cada uno su derecho igualmente", Part. III, Tít. 1°, ley 1ª.
La naturaleza del hombre y de la sociedad le imponen ciertos principios necesarios para mantener la convivencia, ciertos ajustes sin los cuales no es posible la vida social. La justicia tiene un sentido proporcional que sólo a una sociedad organizada políticamente le es dado reconocer. Aquello que reclamamos y aquello que se nos puede dar sin perjuicio de otro o de la comunidad.
jueves, 9 de septiembre de 2010
Ensayo sobre el Falibilismo, la Teoría Consensual de la Verdad y la Fundamentación Última desde el punto de vista de Karl Otto Apel, en el trabajo parlamentario de los Senadores de la República.
INTRODUCCIÓN
Antes de abordar un tema tan complejo como lo es el presente título, es importante señalar que este es mi primer encuentro con el autor, e incluso con la “Teoría de la Verdad y Ética del Discurso” obra de la cual, este capítulo es dedicado al Falibilismo, Teoría Consensual de la Verdad y Fundamentación Última.
Comento lo anterior, porque no quiero pecar de soberbia y exponer mis ideas centrada en la muy probable falsa creencia de que he entendido a cabalidad lo que el autor expresa en las 109 páginas leídas. De hecho, he de precisar que después de leerlas he estado leyendo escritos sobre el autor, para facilitar así mi entendimiento y poder expresar de forma clara, lo que a mí parecer son las ideas del autor.
A lo anterior, he querido darle un matiz parlamentario, las razones son principalmente dos; la primera, versa en que para entender a cabalidad algo hay que ponerlo en práctica o tratar de relacionarlo con algo que se comprenda (o se crea comprender ampliamente); la segunda, es que sin duda la tarea parlamentaria, al ser una vocación que día a día más reafirmo, debe ser la vía más idónea para comprender a un autor que a mi parecer tiene mucho que aportar a la labor realizada en las Cámaras de nuestro país, y en especial a la labor realizada por los Senadores de la República.
APELISMO PARLAMENTARIO
Antes de entrar de lleno al tema que nos ocupa es importante señalar que para Apel la argumentación es algo que nadie puede hacer aisladamente, pues cuando uno argumenta en soledad está necesariamente referido a una comunidad de comunicación real y a una ideal.
Se considera real en el sentido de que se refiere a un idioma, en nuestro caso el parlamentario, y a un ideal, porque argumenta con pretensión de validez intersubjetiva, esto es se argumenta con pretendiendo la validez entre los Senadores y más aún entre los legisladores de ambas Cámaras. Lo anterior, debido al proceso legislativo de carácter constitucional que siguen nuestras normas.
Sin duda uno de los lugares en que en mayor medida, es realizada, o mejor dicho, debiera de ser realizada la argumentación es el Congreso. Ello debido a que es este el espacio en que se toman las decisiones más trascendentales de nuestro país, es decir, donde se realizan las leyes, que sin duda son el parteaguas para la correcta vida en comunidad.
La argumentación es algo que si bien debiera ser el día a día en el trabajo parlamentario, en realidad no se da del todo como debiera, sin duda en parte, debido al falibilismo intrínseco que se produce.
Es por eso que hay que traer aquí algunas consideraciones que pueden ayudar a los Senadores de la República, como legisladores que cuentan con mayor credibilidad, dado que al ser el Senado un órgano colegiado de menor extensión de miembros, es más factible, que se dé un consenso real (entendiendo por este no la simple determinación, sino la determinada determinación hacia un objetivo que es el bien común.
Para dejar más clara la idea, entendiendo esto no como el consenso en la votación, sino como la verdadera convicción de una verdad que adquiere la comunión en varios sujetos y que al parecer por las ideologías planteadas por los partidos políticos, este sería el bien común.
Para ello es importante tomar en consideración algunas luces que nos facilita Apel, a fin que de entender cabalmente estos lineamientos, los Senadores puedan llevar a mejor puerto todas y cada una de sus labores legislativas, pero en particular, las labores que traen aparejadas influenciar a la población en temas de interés nacional. Para lo cual, traigo aquí las siguientes reflexiones de Apel:
1. Todo juego lingüístico que funcione presupone que los interlocutores comparten determinadas creencias, siendo estas convicciones compartidas e indudables las que operan como paradigmas del uso lingüístico dotado de sentido.
2. Toda prueba, todo corroborar e invalidar una suposición sucede ya dentro de un sistema. Y este sistema, por cierto, no es un punto de arranque más o menos arbitrario o dudoso de nuestros argumentos, sino que pertenece a la esencia de lo que llamamos un argumento.
3. Desgraciadamente la falsación es uno de los elementos que más se da entre los Senadores, entendiéndose por esta el acto de argumentativo que consiste en desvirtuar uno de los elementos que componen el discurso para cambiarle el sentido o restarle credibilidad.
4. En cuanto a la Teoría Consensual de la Verdad es importante tener en cuenta que la creencia influenciada por el contexto puede convertirse a los ojos de los participantes del mismo, en verdad. Es por ello, que los actores políticos aquí planteados deben tener sumo cuidado al hacer uso de sus expresiones, ya que ellas repercuten en el pueblo.
5. En el conocimiento de una idea el elemento objeto es sometido a la percepción subjetiva, en contraposición, por lo que en ocasiones esta percepción se ve desvirtuada por el color del Senador, es decir, por la filiación policía que tiene. Cabe aquí hacer la observación de que no nos referimos a la ideología, pues en ocasiones las ideologías, ni siquiera son del todo comprendidas por los parlamentarios.
6. Es importante señalar que la palabra consenso implica forzosamente en este documento como una participación plural de sujetos que tratan el mismo tema, y en consecuencia, se refleja una diversidad de afirmaciones que conllevan a la defensa de pretensiones de validez, que en otras palabras generan dialéctica, que son llamadas discurso.
7. Para ello es importante entender como acción o discurso el acto u actos a través de los cuales los sujetos interactúan tratando de probar su pretensión de validez individual a efectos de nutrir el conocimientos del resto de los entes participantes. Lo cual, se da cabalmente en el Senado, entre los compañeros legisladores, pero no siempre de forma afortunada.
8. El discurso, por tanto consiste en la forma que asume la comunicación, caracterizada por la argumentación. La cual, debe entenderse como la presentación de las pretensiones de validez conflictuadas para ser examinadas por los hablantes (Senadores) para determinar su legitimidad.
9. Debiéndose entender como una pretensión de validez a aquella ¨verdad¨ (o aseveración cuyo contenido refleja un estado de cosas claramente verificables) que afirmamos en los enunciados de manera argumentativa por lo que los actos de habla afirmativos, aunque debemos aceptar que no pueden ser calificados como verdaderos o falsos sino justificados o injustificados.
10. En un proceso discursivo, los participantes no sustentan las pretensiones de validez de sus afirmaciones en hechos, sino en las razones que los llevan a afirmar tal o cual cosa procurando con esto generar una convicción mas o menos generalizada, es decir el propio consenso de verdad cuyo fundamento según Habermas, la verdad no recae en el objeto sino que es un elemento que se sustenta en los enunciados y se funda en razones.
11. Por otro lado, la verdad es el resultado de una argumentación intersubjetiva, pues diferentes sujetos pueden predicar algo de las cosas y cuestionarse mutuamente las pretensiones de verdad de sus afirmaciones, ya sea nutriéndose entre sí de conocimiento o generando una convicción amplia de afirmaciones de validez.
12. Todo intento de fundamentación filosófica nos conduce irreparablemente a un fallido intento de conceptualización con una regresión infinita, a un círculo lógico, es decir, a dar vueltas en círculos, o a una interrupción arbitraria del razonamiento que implicaría una abdicación total.
13. Por ello, Apel propone el sometimiento de los hechos argumentados a un razonamiento critico, es decir, sugiere la realización inquisitiva de la verdad mediante el sometimiento de los argumentos a cuestionarlos sobre las condiciones de posibilidad de validez del conocimiento, asimismo, condiciona a su acreditación a la fundamentación del conocimiento.
14. El falibilismo, afirma que una proposición puede ser negada con el simple hecho de variar uno de sus valores de verdad, es decir, todas las afirmaciones filosóficas, y en nuestro caso estudiando una parte de la filosofía de lo analizado por esta que es la política, por mucho que estén estructuradas se conforman por factores imprenscindibles cuya usencia desvirtuaría cualquier supuesta verdad.
15. Es de destacarse que el falibilismo no se debe equiparar con la posibilidad de ¨falsear¨ una teoría o afirmación, sino arrancarle no solo su validez sino su esencia de verdad.
16. La ética del discurso se caracteriza precisamente por el hecho de que no pretende que la fundamentación filosófica reemplace a los resultados de los discursos prácticos entre aquellos a quienes afecta una determinada decisión.
17. La fundamentación de las normas situacionales concretas es transferida a los afectados o bien a los representantes de éstos.
18. La ética discursiva sólo fundamenta el principio formal - procedimental para las discusiones correspondientes, es decir, el principio que exige precisamente que los conflictos sean resueltos mediante esas discusiones, mediante discursos, y no por el uso de la violencia. Como es el caso que nos ocupa.
19. Lo que la ética discursiva exige es que todos los conflictos y todas las diferencias de opinión acerca de pretensiones de validez —y con ello también la fundamentación de normas— sean sometidos a los discursos de los afectados o sus representantes.
20. Las soluciones deben buscarse allí y no en la violencia ni en negociaciones parlamentarias que sólo buscan intereses y no el consenso real.
CONCLUSIONES
En ocasiones los Senadores de la República se allegan de datos e información que no tiene una exacta relación. Ello lo hacen con la finalidad de caer en verdades absolutas, que generalmente, son todo menos verdades.
Todas las decisiones parlamentarias deberían ser tomadas después de ser escuchados discursos libres de violencia, es decir, por argumentos y no por simple palabrería.
Desafortunadamente en la mayoría de los casos lo que realmente tiene lugar es una mera negociación y, en vez de percibir y respetar los intereses de los representados, lo común es que sólo se tengan en cuenta algunos intereses incluso a costa de los intereses de los representados.
Es necesario hacer una crítica de las actuales conversaciones y los encuentros públicos que pretenden ser discursos de nuestros Senadores. Si de lo que se trata es de fundamentar normas, realizar convenios, poner en marcha actividades colectivas o asumir responsabilidad por las consecuencias y subconsecuencias de actividades colectivas siempre está ya reconocido que debe seguirse el principio del discurso, pero entendiéndose este como un discurso ético.
miércoles, 25 de agosto de 2010
El conocimiento está al alcance de todos.
¿Qué es el conocimiento? Es un pregunta que a lo largo de la historia siempre se ha querido resolver. Posiblemente, nunca podremos obtener la respuesta correcta a esta pregunta, porque el conocimiento es uno de los temas más complejos que existen y cada día está en constante desarrollo.
Lo cierto, es que desde que nacemos nos dedicamos a obtener conocimiento. Lo queramos o no, es una de las operaciones humanas que no podemos controlar como respirar. Es algo que no podemos impedir, es innato al ser humano.
Si hay un ser humano (sujeto del conocimiento) siempre habrá un objeto del conocimiento, que el primero tendrá que conocer, es decir, realizará la operación de conocer o proceso cognositivo y creará una representación interna del objeto, automáticamente, casi sin proponerselo, y sin necesidad de que esta representación interna sea del todo acorde con la realidad, pues siempre existirá un elemento subjetivo, que es el sujeto mismo.
Esto se debe sin duda a que "el conocer y el pensar son actos u operaciones, mientras que el saber es una especie de estado o situación que se encuentra en el sujeto".
Hay varios tipos de conocimiento:
El intuitivo que deriva de una percepción directa.
El discursivo que es el resultado de los conocimientos que tenemos anteriormente.
El vulgar que es cuando sabes algo de un hecho, pero no tienes idea del porqué.
El emprírico que resulta de la propia experiencia.
El científico que busca encontrar las relaciones constantes y es objetivo, racional, sistemático y verificable. Busca la validez.
El filosófico que pretende encontrar respuestas a los problemas fundamentales y es universal, racional, fundamental y sistemático. Busca las causas últimas de las cosas.
El conocimiento es y está, no importa si es un conocimiento incompleto o si es sobre una frivolidad o sobre las verdades trascendentales del ser humano.
Es uno de los regalos más grandes que nos ha dado Dios, porque es algo que se tiene algunas caracterísitcas afines con Él, es infinito, existe desde siempre y existirá hasta el final de los tiempos, es el creador de todo lo que nos rodea, y es algo que podemos negarnos a aceptar como parte de nuestra vida, pero querarmos o no ahí está y está al alcance de todos.
Lo cierto, es que desde que nacemos nos dedicamos a obtener conocimiento. Lo queramos o no, es una de las operaciones humanas que no podemos controlar como respirar. Es algo que no podemos impedir, es innato al ser humano.
Si hay un ser humano (sujeto del conocimiento) siempre habrá un objeto del conocimiento, que el primero tendrá que conocer, es decir, realizará la operación de conocer o proceso cognositivo y creará una representación interna del objeto, automáticamente, casi sin proponerselo, y sin necesidad de que esta representación interna sea del todo acorde con la realidad, pues siempre existirá un elemento subjetivo, que es el sujeto mismo.
Esto se debe sin duda a que "el conocer y el pensar son actos u operaciones, mientras que el saber es una especie de estado o situación que se encuentra en el sujeto".
Hay varios tipos de conocimiento:
El intuitivo que deriva de una percepción directa.
El discursivo que es el resultado de los conocimientos que tenemos anteriormente.
El vulgar que es cuando sabes algo de un hecho, pero no tienes idea del porqué.
El emprírico que resulta de la propia experiencia.
El científico que busca encontrar las relaciones constantes y es objetivo, racional, sistemático y verificable. Busca la validez.
El filosófico que pretende encontrar respuestas a los problemas fundamentales y es universal, racional, fundamental y sistemático. Busca las causas últimas de las cosas.
El conocimiento es y está, no importa si es un conocimiento incompleto o si es sobre una frivolidad o sobre las verdades trascendentales del ser humano.
Es uno de los regalos más grandes que nos ha dado Dios, porque es algo que se tiene algunas caracterísitcas afines con Él, es infinito, existe desde siempre y existirá hasta el final de los tiempos, es el creador de todo lo que nos rodea, y es algo que podemos negarnos a aceptar como parte de nuestra vida, pero querarmos o no ahí está y está al alcance de todos.
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